Aumento del uso de la Modalidad Libre Elección del Fonasa” es un campanazo de alerta para el gobierno»

mip-expohospitalEl académico de la Universidad Andrés Bello y ex superintendente de Salud, Manuel Inostroza, afirma que el gobierno está viviendo “un momento crucial de definiciones de política pública”, tras asumir una postura ideológica más bien estatista en lo que respecta a salud.

Afirma que el aumento del uso de la Modalidad Libre Elección (MLE), en Fonasa, es un claro barómetro de que la salud pública “no está dando el ancho” y que la complementariedad público-privada en el sistema sanitario debe mantenerse mientras no se eleve la calidad de atención y se resuelvan las listas de espera de la red de hospitales y consultorios.

Las declaraciones las hizo al Diario La Tercera que reproduce datos del Fonasa que señalan que más de un  45% creció en 2014 el monto que Fonasa paga a prestadores privados, en forma de copagos por bono, por pacientes afiliados al seguro público que decidieron atenderse en este tipo de centros de salud, bajo la Modalidad Libre Elección (MLE).

Un informe de Fonasa  consigna que en total se pagó más de $ 633.494 millones por este concepto durante 2014, frente a los $ 437.547 millones de 2013. Mientras, desde 2006, la facturación del Estado a centros de salud privados por Libre Elección ha crecido en más de 88,4%, pese a los anuncios del Ministerio de Salud, en orden a buscar fórmulas que permitan reducir estas compras

Del total pagado en 2014, el 15,3% fue destinado a cinco instituciones, a las cuales el Estado transfirió $ 97.155 millones. Entre ellos, Integramédica, que se llevó el 4,9% de los fondos, la red de la Universidad Católica (incluida la Clínica San Carlos de Apoquindo), con el 3,1% y el Hospital Clínico J.J. Aguirre de la U. de Chile -que recibe aportes fiscales vía convenios- con el 2,5%

A continuación se reproduce textualmente la entrevista al Dr. Inostroza

¿A qué atribuye el aumento del gasto en MLE?

En los dos últimos gobiernos, los temas de gestión hospitalaria y de calidad de atención, no han mejorado. Las listas de espera y la deuda hospitalaria han crecido y no se han alcanzado los estándares que la ciudadanía demanda para la red pública. Ante eso, la gente en Fonasa que puede pagar, está optando cada vez más por saltarse la fila de los hospitales, comprar un bono y resolver su problema médico en el sector privado.

Pero eso involucra un gasto estatal cada vez mayor…

Según cifras de la Dirección de Presupuestos, de los recursos para la atención de salud en Fonasa, el 82% se destinan a la modalidad institucional (hospitales y consultorios). Otro 3% se gasta en compras directas de la autoridad y un 15% en libre elección. Así es que solo un 18% se destinan a compras del sector privado y por eso sostengo que, pese a lo que se discute y critica, nuestro sistema es mayoritariamente público.

El gobierno se ha mostrado contrario a los pagos al sector privado…

Chile está viviendo un momento crucial de definiciones de política pública. Yo creo que un estado solidario debe garantizar un piso de equidad para todos, pero cuando cuando es ineficiente en resolver la lista de espera de los hospitales y frente a patologías que afectan la calidad de vida de las personas, no puede, por razones ideológicas, decirle a ese paciente que se tiene que quedar esperando en el hospital.

¿Es negativo que aumente este gasto?

Lo que ocurre es que el Estado tiene que ofrecer una solución a la ciudadanía. Yo soy partidario de la complementariedad público-privada. Creo que el sistema público debe mejorar, alcanzar buenos estándares de oportunidad en la atención y eso no lo tenemos hoy en día. Por eso, el afiliado debe tener una alternativa. Si le vas a restringir la posibilidad, por razones idológicas, y le dices a esa gente que no puede optar por otro prestador y que debe esperar, eso te termina pasando la cuenta. Por eso, estas cifras son un desafío y un campanazo de alerta para el gobierno.

¿Es posible revertirlo?

Antes que eso, hay que mejorar la red pública. Este gobierno ha demostrado una suerte de fundamentalismo estatista respecto a que los problemas de salud solo se deben resolver en el sector público pero, el incremento de la libre elección en Fonasa refleja la opinión de la gente. Por eso, la mala calidad de servicio y atención es el peor escenario para todos.