El académico del Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello, Dr. Manuel Inostroza, planteó la posición de la organización frente a los resultados en salud que arrojó la última encuesta CASEN.
Conforme a publicación aparecida en El Mercurio señala que en los últimos años, el Fonasa creció en su número de afiliados de manera importante, al punto que hoy la cobertura de salud está garantizada para prácticamente el 100% de la población, gracias a que el seguro público cubre a cerca del 83% de los chilenos, las isapres al 16% y el sistema de las Fuerzas Armadas, a poco menos del 1% de los habitantes del país.
Con este problema ya solucionado, comienza la discusión para que se avance en garantizar entonces el acceso y la calidad de atención en salud. Mientras el primero es una exigencia legal para las 80 patologías incluidas en el plan AUGE, y en el resto de las enfermedades se regula -a través de los distintos servicios de salud- con las listas de espera, en el caso de la calidad hay mucho aún por avanzar. Por ejemplo, también esta debía ser una garantía del AUGE, pero a diez años de su inicio todavía no se puede implementar.
En ese contexto, un análisis hecho por el Ministerio de Desarrollo Social sobre la tasa de utilización de los recintos públicos de salud en la encuesta Casen muestra una caída significativa en algunos aspectos sensibles para el sistema de salud público, como lo son las consultas de especialidad, las hospitalizaciones e intervenciones quirúrgicas, y los controles de salud.
En todos ellos hay un quiebre de la tendencia al crecimiento, que se mantenía constante hasta 2009. Por ejemplo, si ese año el 71,6% de las personas que lo requerían pudo conseguir una hospitalización durante los últimos tres meses, en 2013 esa cifra cayó a solo el 64,2%. Así ocurre también en el caso de las consultas de especialidad, donde se pasa de 46,9% en 2009 a 39% en 2013.
Desde Fonasa aseguran que esto se debe a un cambio metodológico, pues en 2013 aumentó el número de encuestados en las regiones de Valparaíso, O’Higgins, Metropolitana, Biobío y La Araucanía, sectores donde hay más oferta de recintos privados y, por tanto, más opciones de acudir a estos para resolver los problemas de salud.
Además -advierten en el seguro público-, entre 2011 y 2013 hubo un crecimiento económico que permitió que cada vez más los beneficiarios de Fonasa puedan optar a clínicas y centros médicos a través de la modalidad libre elección o de manera particular.
¿Superados?
Pero Manuel Inostroza, académico del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello, identifica otros factores distintos para este fenómeno. El principal -indica- es el importante incremento de beneficiarios que tuvo Fonasa hasta 2011. «Es un tema estructural de la capacidad instalada en el sistema público; la demanda está superando la oferta, porque subió mucho el número de inscritos. Hasta 2011 creció mucho más Fonasa, y ahora está mostrando signos de saturación estructural», afirma.
Según el experto, otros factores también influyen en el deterioro. «Como tenemos población más envejecida, los atendidos son casos más complejos, que necesitan más atención y limitan la capacidad de atención», y agrega que «también hay un problema de gestión del gobierno de Piñera, que si bien logró reducir la pobreza, mostró un deterioro en el área de salud».
Las cifras que mostró la Casen 2013 para el ex ministro de Salud ,Pedro García son «preocupantes y requieren una revisión de las autoridades». A su juicio, «el envejecimiento de la población y el buen manejo de enfermedades hacen que haya más demanda, no menos. Y si hay más médicos, más hospitales, la oferta tendría que haber aumentado también».
Para él, el problema «posiblemente tiene que ver con los rendimientos, la eficiencia y el buen uso de los recursos», y agrega que «también hay que revisar cuánto de la actividad se fue al sector privado porque el público no lo pudo resolver».
(Fuente: El Mercurio)