El Director del Instituto de Salud Pública de la Universidad Andrés Bello, Héctor Sánchez expresó su posición frente a la constitución de un Fondo común entre Fonasa e isapres, iniciativa que explora la Comisión Presidencial de Reforma al Sistema de Salud Privado en un reportaje aparecido en el Diario El Mercurio.
El siguiente es el texto de dicha publicación que reproducimos a continuación.
El primer aviso fue la presentación de la directora de Fonasa, Jeanette Vega, ante la comisión asesora presidencial para la reforma al sistema de salud privado. En ella, Vega -quien hizo una presentación «a título personal»- planteó una postura donde el sistema de salud tendía hacia la creación de un único fondo de cotizaciones de salud, manejado por el Estado. En palabras simples, la directora de Fonasa planteaba el fin de las isapres.
Luego fue uno de los 18 comisionados, David Debrott, quien expuso sus argumentos en favor de esta postura, en un seminario organizado por la OPS en Santiago.
Ante estas señales, las isapres han seguido atentas el desarrollo de la discusión y elaboraron una simulación respecto de los efectos que tendría adoptar una medida como esta.
Según los seguros privados de salud, el unificar ambos subsistemas generaría una variación positiva para los usuarios de Fonasa de apenas 1,97%, como efecto de que se sumen las cotizaciones de ambos grupos. Esto, como efecto de que los usuarios de las isapres tienen un uso mucho más intensivo de los subsidios por incapacidad laboral (licencias médicas).
Más allá, la consultora en salud Altura Management calcula que «el desmedro en el per cápita para salud (de los usuarios de isapres) es evidente: $203.108 al año, y para obtener algo similar a lo que hoy obtiene debería al menos poner de su bolsillo en forma adicional, el diferencial entre lo que tenía y lo que hoy deja en el fondo». Según el cálculo, esas personas terminarían pagando su 7% completo, más $203.108 adicionales al año, para mantenerse igual que en las condiciones actuales.
El presidente de la Asociación de Isapres, Hernán Doren, asegura que la discusión está «llena de ideologismo, que provoca muchas anteojeras intelectuales. La gente no está siendo capaz de ver más allá de sus ideas».
Según sus cálculos, con este modelo «Fonasa no se ve favorecido con nada. Y no solo eso, sino que estas personas promueven que con eso (la creación del fondo común) solucionarán los problemas de salud de Chile. Si son los mismos fondos, por qué no arreglan el problema ahora. Cuesta poco hablar, pero cuesta harto hacer las cosas».
Doren cree que, de aprobarse una medida de este tipo, «lo que va a pasar es que se nivelará hacia abajo» en la calidad de la atención de salud que reciben los chilenos.
Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello discrepa del análisis de las isapres. «Es bastante simplista, sesgado, porque ven un solo aspecto, que es el per cápita , y no miran los aportes que se harían al fondo de la discusión», dice y agrega que «en su análisis no ven variables positivas al crear un fondo único, no ven que se terminaría con la segmentación entre ricos y pobres, que se permite una mayor movilidad, se comparten riesgos».
Según Sánchez, «si aceptaran, las isapres solo ganarían, no tienen nada que perder. Ganarían legitimidad social y política, que hoy día no tienen porque no han sido capaces de manejar sus propios problemas. Una reforma así le daría viabilidad al sector privado. Pero las isapres siempre se han opuesto a todo, a la eliminación de carencias, preexistencias y exclusiones, se opusieron a la cobertura de enfermedades catastróficas, al AUGE y ahora son sus impulsores. Se oponen a los cambios y después terminan sumándose».
Victoria Beaumont, directora ejecutiva de Altura Management, afirma que «está claro que este modelo no está inspirado en la búsqueda de nuevos recursos para los cotizantes de Fonasa, pues el capitado varía muy poco. Este modelo busca emparejar la cancha y terminar con la desigualdad, redistribuyendo los dineros de quienes tienen más. Es una propuesta ideológica que busca resultados ‘valóricos’ mal llamados solidarios y no mejorar la salud de las personas sino que quitarles a unos, los que más tienen, para dar muy poco a otros. Empeorando y encareciendo sobremanera la salud de los que aportan. Es una propuesta absolutamente alineada con el espíritu de las reformas tributaria y educacional».
¿ De qué se trata el fondo en discusión?
Cuando se construye un fondo único con el 7% de todos los cotizantes, el total del presupuesto que se obtiene para salud se incrementa en un 25%, gracias a los aportes de las personas de isapres, según el cálculo de la consultora Altura Management.
Este fondo único debe tomar ese presupuesto y redistribuir entre el nuevo universo de cotizantes (dieciséis millones de beneficiarios del nuevo sistema asegurador). Al hacer la redistribución de dineros el per cápita de salud llega a US$ 521 anuales, $288.337 anuales o $24.028 mensuales, lo que en términos prácticos implica que los beneficiarios de Fonasa obtienen US$ 10 dólares anuales extras, o $462 adicionales mensuales.
Sin embargo, para el cotizante de isapre el cambio es mucho más significativo, pues pasa de tener anuales US$ 888 a U$S 521. Esto es, de $491.445 a $288.337 anuales para su salud.
Partiendo de la base que quienes cotizaban en isapre ya quedan en una situación peor que la actual, una solución es construir un producto homogéneo (como el Plan Garantizado de Salud que se tramitó durante el gobierno de Piñera), que según los modelos del año 2010 costaba alrededor de $22.000 en hospitales como el Clínico de la U. de Chile. Aquellos que quieran mejor cobertura o acceder a otros prestadores deberán realizar un pago adicional.
(Fuente: Diario El Mercurio. Autores: René Olivares y Nadia Cabello)