El ex Presidente de la República, Ricardo Lagos , valoró el impacto sanitario que ha tenido el Auge, luego de 10 años de iniciada la reforma de la salud. Sin embargo, criticó que las garantías se solucionen en el sector privado e insiste que los hospitales deben funcionar por las tardes.
El ex Mandatario afirmó que no sacamos nada con decir «la salud es un derecho» si ese derecho queda en letra muerta cuando le dicen «vuelva en tres años más»».
Entrevistado por el Diario El Mercurio señaló con una mirada retrospectiva que «el plan AUGE, como todos sabemos, implicaba un gran cambio: que el concepto de derecho pasa a ser modificado por el de garantía. Vale decir, el Estado garantiza, no el Estado reconoce el derecho; garantiza el acceso a la salud en ciertas circunstancias. Y esa garantía es un cambio focal muy importante. Por eso hablamos que las garantías, que se referían a un máximo de 56 patologías, se implementaron gradualmente. Aspirábamos a que se pudieran aumentar las patologías en la medida en que el país iba creciendo. Con todo, esas 56 patologías, hoy son 80, dan cuenta más o menos del 70% de lo que son las atenciones hospitalarias en Chile. Y dan cuenta de que se han atendido 23 millones de casos, y no digo personas porque puede que una persona haya tenido varias garantías».
-Pero se trata de un sistema que separa lo que se considera importante de lo que no lo es…
«Las garantías más habituales son las urgencias en materias dentales, las insuficiencias respiratorias agudas, la hipertensión, el cáncer cérvico uterino… Pero no creo que eso sea lo más importante, que es la posibilidad de ejercicio de un derecho que es real. Pero fíjese usted, en materia de cáncer, el diagnóstico ahora se hace en etapas tempranas, mucho más tempranas que antes. Y eso implica un aumento en la sobrevida de las personas con cáncer respecto de lo que existía antes. ¿Aquí estamos hablando de cifras estadísticas? No, estamos hablando de personas de carne y hueso, cuya sobrevida aumenta porque se diagnostica antes el cáncer de lo que se hacía antes del AUGE».
«El infarto al corazón implica un aumento de sobrevida por la misma razón. Esto es, cuando hay patologías vinculadas al AUGE, esas patologías tienen prioridad, por lo tanto se ven con prioridad, por lo tanto estamos hablando de mayor eficacia en el tratamiento médico, de expansión en la sobrevida de la gente».
«¿Y qué pasa con el cáncer vesicular? Exactamente lo mismo, porque ahora se tratan con preferencia las operaciones para sacar las piedras de la vesícula. Ese es el balance médico sustantivo. Eso es lo que a mi juicio tenemos que celebrar ahora, a diez años».
¿La equidad que pretendía generar el AUGE queda en entredicho cuando hoy hay más de 1,5 millones de personas en listas de espera, que si bien no son pacientes con garantías legales, deben compartir los recursos físicos, humanos?
«Es decir, seamos claros, lo que estamos haciendo es sincerar la eficacia de los recursos públicos. No sacamos nada con decir ‘la salud es un derecho’ si ese derecho queda en letra muerta cuando le dicen ‘vuelva en tres años más’ (…). Ahora, si usted me permite una crítica más de fondo, que es que como hay garantías explícitas, una gran cantidad de patologías AUGE se han externalizado, y lo que yo creo que hay que hacer es un servicio público más eficiente».
-¿Está diciendo que debe exigir más a la red pública antes de comprar a privados?
«Estoy diciendo que la red pública se extienda, más tiempo, en horas. Porque, entonces, es muy fácil para cumplir con el AUGE contrato por fuera… Ahora, no quiero entrar en terrenos más complejos, pero algunas sociedades que se han creado precisamente para satisfacer las necesidades AUGE… Lo cual me parece muy bien, es parte de la iniciativa privada, pero si lo que no hacen en la salud pública después lo hacen en la privada, es un tema complejo, verdad? Entonces yo creo que ahí hay que observar con mucha atención desde el punto de vista de los recursos públicos en la salud pública, que es tan importante».
Temas Pendientes de la Reforma
Consultados otros expertos sobre este aniversario del Auge ,entre ellos el académico del Instituto Salud Pública de la Universidad Andrés Bello, Manuel Inostroza, integrante del Comité Ejecutivo del AUGE, destacaron el aumento en la sobrevida de los problemas de salud que cubre, sin embargo sinceraron que la reforma a la salud no se ha terminado de implementar.
Así la garantía de calidad del AUGE empezará a aplicarse progresivamente desde 2016, mientras que el Régimen General de Garantías no se ha aplicado en ninguno de los tres últimos gobiernos.
El siguiente, es la crónica textual que sobre esta materia publicó el matutino.
El plan AUGE es de luces y sombras, y si bien la priorización de 80 enfermedades por sobre otras ha significado un importante impacto sanitario entre las enfermedades cubiertas, ha beneficiado a 23 millones de casos y tiene una protección financiera envidiada internacionalmente para algunas de las enfermedades cubiertas. El estrés que significa para los hospitales y consultorios el atender a alrededor del 70% de su carga asistencial bajo plazos establecidos por ley ha ayudado a dejar en evidencia que el sistema público de salud no es capaz de hacer mucho más que lo ya garantizado.
Prueba de ello es la imposibilidad de resolver las listas de espera por parte del Estado, a lo que se suma un nivel de deuda hospitalaria creciente y sistemas de notificación y de registro muy deficientes.
Todo esto, en contraste con los resultados sanitarios del AUGE, que muestran una mayor sobrevida en algunas de las principales causas de muerte en el país, como las enfermedades vasculares y los cánceres, todos los cuales han anticipado y mejorado sus pesquisas y tratamientos respecto de lo que hubo en Chile hasta comienzos de la década del 2000.
Durante los últimos diez años, la ley AUGE aumentó de las 56 patologías que estaban en el diseño original a 80, pero sin incrementar el financiamiento para estas, lo que ha generado un deterioro -o al menos la imposibilidad de mejora- de las ya contenidas.
El ex ministro de Salud, Pedro García, quien fue el encargado de lograr la aprobación de la ley AUGE y de implementar el primer decreto, hoy reconoce que hay cosas que no se hicieron. «El AUGE tenía dos variables: la político-estratégica de la equidad, y la variable de riqueza, de meterles inteligencia a los sistemas. Así era como decíamos que ‘si vamos a garantizar los cáncer, no puedo atenderlos a todos en Santiago, así que tengo que crear polos de desarrollo y crear centros de tratamiento de cáncer para llevar a médicos a regiones'», los que exceden los ámbitos de salud para conseguirlo, dice.
Es que con diez años de historia, todavía no se ha logrado imponer de forma completa la reforma: para ello faltan la garantía de calidad (que, de acuerdo a los plazos actuales, empezaría a funcionar en julio del próximo año) y el Régimen General de Garantías, que pretendía ser una suerte de «espejo» del AUGE para lo no contenido en él, de manera de no deteriorar sus atenciones. Sobre este punto no existe ninguna señal política de que se vaya a implementar, como tampoco las hubo durante las administraciones anteriores de Sebastián Piñera y Michelle Bachelet.
Déficit de prima AUGE impacta deuda de hospitales
Cuando partió el plan garantizado, contaba con 25 patologías, las que se costeaban a 0,98 UF por cada caso, aunque el máximo legal era de 1,02 UF.
«Al segundo año, como no teníamos una evaluación de los resultados, por la debilidad del sistema de registro, Hacienda aprobó aumentar a 1,6 UF, pudiendo dar un máximo de 2,04 UF», explica el académico de la U. Andrés Bello, Manuel Inostroza, quien era el superintendente de Salud de esa época. Desde entonces, nunca se entregó el máximo legal para financiar el AUGE, hasta llegar a 2,4 UF sobre un máximo posible de 3,06 UF con 56 patologías cubiertas, el horizonte legal establecido durante la discusión parlamentaria.
«Cuando hubo que evaluar subir a 69 enfermedades (en 2009), el Gobierno tenía una diferencia que no se ocupaba, y con ella logró meter 13 padecimientos más, pero no se cambió la ley, y lo que se debió haber hecho era recalcular la prima para dar mayor posibilidad de financiamiento, porque eran patologías adicionales al plan original».
Lo mismo ocurrió en 2013, cuando se incorporaron otras 11 enfermedades, agotando los recursos y dejando sin posibilidad de mejora a los tratamientos ya cubiertos.
«Se debe recostear la prima, porque en vez de 3,8 UF o 3,9 UF en que está, debiera ser en torno a 4,5 UF. No recalcularlo equivale a US$ 400 millones, que se acerca a los $200 mil, que corresponde, sospechosamente, a la deuda hospitalaria que hoy tenemos», afirma Inostroza.
El diputado Juan Luis Castro (PS), quien cuando se comenzó a implementar el AUGE era presidente del Colegio Médico, planteó que el sistema no estaba preparado para esta política pública. Hoy dice que «el tiempo nos dio la razón». A su juicio, desde entonces, «se dividió al mundo de la salud entre lo AUGE y lo que no. La gente que tiene una patología AUGE tiene acceso a la atención, pero la gente que no, entra a lista de espera».
Para las isapres es un buen negocio
Como la oposición al gobierno de Lagos rechazó la creación de un fondo común para financiar el AUGE entre los sectores público y privado, a las isapres hubo que generarles un sistema de cobro distinto al ocupado por el Estado.
Ello llevó a que finalmente todos los usuarios de isapres deban pagar un adicional por el AUGE, que ajustado a valores actuales indica que cubrir las 40 primeras enfermedades tenía un costo promedio de $960, pero hoy por 80 patologías garantizadas se cobre $8.660. Esta situación no se condice con la carga asistencial generada, pues entre los 56 primeros males incorporados se contenía el 65% de la actividad hospitalaria en el país.
Parte del efecto de esto es que, según datos de la Superintendencia de Salud, por cada $100 que recaudan por concepto del AUGE las isapres, $47 corresponden a utilidades, en parte porque solo uno de cada cuatro usuarios del sistema privado hace uso de las garantías.
Esto se traduce en que si entre julio y diciembre de 2005 las isapres recibieron $13.681 millones por concepto de prima AUGE, el año pasado el monto llegó a $302 mil millones, de los cuales casi $142 mil millones les habrían quedado como ganancias.
Para el ex superintendente Inostroza, en tanto, el margen que les genera el AUGE a las isapres se da porque «cuando empezaron a tener problemas con la judicialización de precios base, alrededor de 2009, se dieron cuenta de que podían reajustar complementariamente por esta vía, y el decreto de 56 enfermedades lo reajustaron un 155%, el penúltimo (con el que se alcanzaron 69 males), 135%, y cuando se aumentaron a 80, un 34%».
(Fuente El Mercurio. Autores: René Olivaress y Nadia Cabello)