¿Es viable la continuidad de las isapres con las reformas que se pretenden introducir al sistema?

Cambios inevitables

hector sanchez informal Héctor Sánchez, Director Instituto Salud Pública Universidad Andrés Bello

Los candidatos presidenciales, en su gran mayoría, están planteando otra reforma al sistema de salud chileno y en forma particular a las isapres.

Las propuestas más conservadoras plantean el establecimiento de un plan garantizado que sea obligatorio otorgar a todos los beneficiarios de estas instituciones, con un régimen de prima plana y sin selección de riesgos. Otras plantean que este plan garantizado debe abarcar a toda la población, con el objetivo de construir un sistema único de salud, donde el aseguramiento funcione con una misma lógica y existan múltiples prestadores de servicios de salud públicos y privados. La más profunda de las propuestas plantea el plan garantizado obligatorio y el desaparecimiento de las isapres, proponiendo en su reemplazo las “entidades solidarias de la seguridad social en salud”.

 Es sintomático que prácticamente todas las candidaturas se refieran en forma categórica respecto de reformar las isapres. A nuestro juicio, es porque se ha instalado un diagnóstico respecto de estas instituciones, en el cual se identifica que “las isapres se han hecho inviables e ilegítimas en la sociedad por la selección de riesgos, la cautividad y las preexistencias”. Se destaca que las isapres no tienen incentivos para invertir en prevención y privilegian tratar la enfermedad con modelos de atención y de compra ineficientes, donde la gente consume y gasta más, provocando aumento en los precios de los planes, lo que ha generado una creciente judicialización del sistema (50.000 el 2012 y 80.000 el 2013) que se acentuará con el reciente incremento de precios de la prima Auge, que abrirá un nuevo espacio de judicialización.

 Es importante evaluar si estas propuestas son viables en un gobierno de cuatro años. La primera propuesta técnicamente no es viable tal como se ha experimentado recientemente, ya que es un instrumento inflacionario en sí mismo y perpetuador de las ineficiencias del sistema. En cambio, pareciera que el Plan Garantizado de Salud (PGS) se ha instalado para quedarse, por lo que es relevante preguntarse si es viable que lo haga con las actuales isapres o se requiere de reformas más profundas. A nuestro juicio, el actual sistema, con sus paradigmas de funcionamiento de seguro de corte clásico, sería muy reactivo a esta reforma y tendría grandes dificultades para adaptarse. Por este motivo, es razonable la propuesta de crear “entidades solidarias de la seguridad social” para que reemplacen las isapres en la gestión del financiamiento para salud, regidas por principios de la seguridad social: no discriminar por edad y por sexo, garantizar un nivel de beneficios para todos mediante un PGS que incluya el Auge; un Auge de medicamentos, atención pre-hospitalaria y de urgencia, cobertura catastrófica y cobertura no Auge complementaria.

 Estas entidades deberán eliminar las preexistencias, permitir libre movilidad de la población dentro del sistema y eliminar la selección por riesgo al ingreso. Se introducen incentivos para diseñar contratos de largo plazo y establecer modelos eficientes de gestión de riesgos y compra de soluciones. Serían reguladas en el uso de los recursos y la calidad de las prestaciones que financien y estarían obligadas a utilizar mecanismos de pago que estimulen el compartir riesgos con los prestadores y contener costos. Esta reforma es innovadora y ambiciosa, pero viable.

 (Columna publicada en Diario La Tercera, 30 de junio 2013)