Es innegable que el sistema de salud de Chile requiere una nueva reforma, principalmente por el hecho de que no está siendo capaz de responder a las demandas de las personas a las que sirve actualmente y menos será capaz de hacer frente a los desafíos que deberá afrontar en los próximos años producto de su dinámica natural, como por los efectos de la pandemia y lo que se ha llamado la segunda “pandemia de enfermedades crónicas”.
Entendiendo que el diseño o rediseño de un sistema de salud es un tema de Estado, independiente del Gobierno al que le toque administrarlo, una reforma exitosa sólo será posible mediante la aplicación de políticas que conciten un amplio consenso nacional.
Las tentaciones por hacer una reforma de carácter refundacional, con bajo apoyo público, es poco posible que se sostenga en el tiempo. Por el contrario, cuando se realizan políticas de Estado en acuerdo con la mayor amplitud de actores, estas sobreviven a los gobiernos y se potencian. Ejemplos de esto son la reforma de 1952 que crea el Sistema Nacional de Salud (SNS), la que duró 30 años.
También la reforma de 2005 que crea el GES, que aún está vigente y es asumida por los sucesivos gobiernos. Estos procesos de reforma son complejos, requieren de la participación de amplios sectores y grupos de interés, que a menudo tienen visiones muy contrapuestas, por lo que es necesaria la búsqueda de espacios de consenso que se traduzcan en el punto de partida para iniciar el proceso de reforma.
Desde el punto de vista del diagnóstico, hoy existe una amplia convergencia en que nuestro sistema de salud es: un sistema fragmentado, con falta de eficiencia, falta de legitimidad de su institucionalidad, falta de satisfacción usuaria, desajustado de las necesidades sanitarias nacionales, con problemas de acceso (listas de espera), problemas de protección financiera y problemas en la integración y coordinación de las redes, entre otros. Sin embargo, no existe acuerdo respecto de las estrategias de solución a esta problemática y menos aún en cuanto al tipo de sistema de salud que queremos para Chile.
Por el contrario, hoy persisten visiones antagónicas como aquellos que piensan que Chile necesita un nuevo Sistema Nacional de Salud y otros que piensan que la estrategia a seguir es un Sistema de Seguridad Social con alternativas entre un Seguro Único o de Multiseguros. Asimismo, tampoco existe conformidad en relación con los plazos que se deben considerar, las etapas que se deben plantear y menos sobre los instrumentos que deben utilizarse.
El Consorcio de Universidades ha definido como uno de sus objetivos ser un aporte al proceso de transformación a través de una discusión amplia sobre temas de reforma. En este consorcio, participan un grupo de las principales universidades privadas del país. Es así como están representadas: la Universidad del Desarrollo, la Universidad Mayor, la Universidad San Sebastián, la Universidad Diego Portales, la Universidad de Concepción, la Universidad Católica de la Santísima Concepción y la Universidad Andrés Bello, que hace las veces de anfitrión.
En una primera etapa, el Consorcio se abocó a la realización de una serie de coloquios, en los cuales se invitó a ministros, centros de estudio y grupos de interés a presentar sus propuestas, con el 7 objetivo final de escuchar y entender todas las posturas y, con posterioridad, tratar de identificar elementos en común que permitan facilitar el proceso de reforma. En estos coloquios tuvimos la oportunidad de escuchar la propuesta del Colegio Médico, la pro[1]puesta del Centro de Estudios Públicos y la propuesta del Instituto de Salud Pública UNAB, los Proyectos de Ley del Gobierno del presidente Piñera (2018-2022) y la postura de la Asociación de Isapres.
En forma complementaria, con el objetivo de profundizar aún más en las propuestas, analizamos los documentos de propuestas, a la luz del Marco Teórico de Objetivos y Funciones de los Sistemas de Salud de la Organización Mundial de la Salud. En esta actualización, hemos incorporado nuevos elementos que han sido planteados tanto por el programa de gobierno del presidente Gabriel Boric para el periodo 2022-2026, como por el de otros partidos que fueron parte del equipo del candidato a presidente de Chile Vamos y que hoy están representados en el Congreso Nacional, permitiendo identificar nuevos espacios de políticas en las que es posible avanzar para la transformación o mejoramiento del sistema de salud actual.
Cabe destacar que la misión de este Consorcio es aportar elementos que permitan facilitar una reforma, cualquiera sea el camino que se desee seguir y, en ningún caso, generar una nueva propuesta de reforma.
Esperamos ser un aporte a la reforma que necesita el sistema de salud de Chile.
Héctor Sánchez R.
Director Instituto de Salud Pública Universidad Andrés Bello